Carta a Pelé
Rey Pelé:
Hola, querido Pelé.
Primero quiero pedirte disculpas por no llamarte por tu
verdadero nombre. Pero resulta que es muy complicado y no logro memorizarlo. Me
es más práctico llamarte como todo el mundo te conoce: Pelé. Espero que no te
ofendas.
¡Oh, cuántos bellos recuerdos de niño! Improvisábamos algunas
partidas de fútbol en la carretera. Poníamos dos piedras a ras de piso en ambos
extremos para señalar que eran las porterías. No teníamos un balón, propiamente
dicho. Pero no era para nosotros un problema. Lo hacíamos con un cartón de
leche. Lo rellenábamos con papel periódico. Y a jugar. ¡Cuánta algarabía y
gritería!
De vez en cuando interrumpíamos el juego en medio de una
jugada emocionante, a punto de gol, porque subía o bajaba un carro. Había que
suspender momentáneamente el juego hasta que el carro pasara. Y volvíamos a lo
nuestro. Todas las tardes lo mismo y en el mismo lugar. Con las mismas
interrupciones. Pero eso sí, cada vez con balón nuevo. Ya que el del día
anterior no daba para más. Regresábamos a nuestras casas sudados, con la ropa
sucia, pero satisfechos porque éramos jugadores de fútbol. Teníamos nuestras
fantasías. Y si hacíamos un gol o más, ciertamente, éramos grandes jugadores.
¡Cuán bravos éramos y nos sentíamos! El que más goles hiciera se ganaba el
respeto de los demás. Y el respeto, sin duda, que lo tenían los más grandes
porque tenían más fuerza. Pero eso no era un obstáculo para los más pequeños,
de entre los que estaba yo, ya que nos veíamos obligados a hacer más esfuerzo
físico para poder ganar. Y ganábamos. Eso hacía que nos sintiéramos más grandes
todavía. No siempre, por supuesto. Había que añadir el regaño de nuestras
madres por el estado en que regresábamos. Pero era un regaño que valía la pena
soportar. Y si perdíamos, no importaba. Quedaba el día siguiente. Y si no, también
el siguiente.
Lo bueno de todo esto, amigo Pelé, era que en nuestras
fantasías de “pequeños-grandes” jugadores de fútbol tú representabas el modelo
del mejor jugador. Así decir que fulano era el Pelé equivalía a decir que, ciertamente, era el mejor. Y todos
queríamos que nos dieran ese sobrenombre. Y hacíamos todo porque así fuera.
Para eso había que jugar de verdad y como los buenos, aunque no se fuera. Había
que llevarse ese apelativo, al menos por esa tarde. Aunque, viéndolo bien, no
me acuerdo si a mí dieron ese sobrenombre. Pero me hubieras visto sudar la ropa
en pleno juego. Creo que me lo merecía. Pero no lo recuerdo. Tal vez. No me
acuerdo, sinceramente.
También, cada uno en medio de una jugada, hacía de narrador
de la partida de fútbol. Así, cuando alguno llevaba el balón; bueno, quiero
decir, el cartón de leche relleno de papel periódico, decía: y va Pelé, y dribla a uno, y hace la
jugada... Y así había tantos Pelés como niños jugando en la carretera en
una partida improvisada de “pequeños-grandes” jugadores. Y éramos felices.
Fuimos creciendo. Cada uno fue realizando lo que se propuso
y pudo conseguir. Y cuando oíamos hablar de ti, nos identificábamos contigo.
Porque éramos del mismo clan. Es decir, habíamos sido Pelés. Y había una
especial sintonía. Lástima que ahora de grandes seamos grandes y nos hallamos
olvidado de esos pequeños soñadores que éramos. Pero es la vida. No podemos
ponernos nostálgicos. Es así. De niño un cartón de leche relleno con periódico
nos hacía felices. Ahora, tal vez, tengamos un balón verdadero, de cuero, real,
y nos falte la ilusión y la algarabía. ¡Qué cosas, no! ¡Qué extraña resulta la
vida, no te parece!
No te escribo más, porque me puse melancólico y con
nostalgia. Quiero terminar, dándote las gracias, por ser parte de nuestras
ilusiones de niño. Y choca esas cinco, como lo hacen los jugadores después de
una buena jugada.
Chao:
Daniel.
Hermozas lineas gracias por compartir Y cierto q extraña resulta la vida
ResponderEliminarRealmente no deberíamos perder los sueños de niño, la ilusión, y el entusiasmo de pensar en esos sueños..Creo que ya cuando se crece y les traemos a la memoria con nostalgia, es por el tiempo perdido al no seguirlos soñando. Maravilloso!!
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